Se dice en el mundo de la ciencia que “la tesis y la anti-tesis dan como resultado la síntesis”, por eso toda teoría o formulación es colocada a los ojos de todas las disciplinas científicas para que la debatan y por ende mejoren o refuten lo que se plantea.
Hoy conversando jocosamente con mi hermana me decía que “todos los hijos no deseados y producto de una aventura amorosa fuera del matrimonio se parecen físicamente al progenitor fuera del matrimonio”, me dio varios ejemplos, todos válidos y todos dignos de una risa malévola y cómplice entre ambos. Sin embargo, el argumento de mi hermana no tiene fundamentos, por mil razones científicas, es falso simplemente, volvemos a aquel enunciado de “la excepción no hace la regla”, es cierto que muchos de los niños se parecen a alguno de sus padres, pero no porque sean niños nacidos de otra pareja necesariamente deben parecerse a ella.
Cuando se lo dejé claro, entre risas, mi hermana me dijo que buscaría a alguien que le apoyara la teoría pues ella tiene la razón. Reímos.
Este hecho me hizo recordar una cuestión sobre la verdad y el tener la razón. El hecho de que una persona esté rodeada de otros que piensen igual no los hace necesariamente que todos ellos tengan la razón sobre un tema específico, simplemente todos ellos comparten la misma ignorancia. Ejemplo: las religiones.
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