miércoles, 10 de agosto de 2011

Mi amiga la Puta

Cuando mi amiga, la cual conozco desde hace 4 años, se me acercó y me dijo: ¿has escuchado los rumores sobre mí?, le dije la verdad, no, no los he oído.
Ella es una mujer muy hermosa, delgada, estilizada, de ojos miel almendrados, de rostro inocente y cabello largo negro hasta los muslos. Usualmente bebo un par de refrescos con ella en algún bar capitalino, hablamos sobre sus hijos, su vida con su familia, me recuerda historias de su ex pareja abusadora y los planes que ella tiene para el futuro, en dónde está invirtiendo su dinero, la casa que está por comprarse, ese lugar de playa a donde se fue con su hermana o a qué país viajará en estos días.
“Me prostituyo desde hace 5 años”, me confesó.
La miré y le pregunté: ¿Quieres hacer algo al respecto?
“No, de hecho te cuento pues Ud. es uno de los pocos hombres que me habla sin buscar algo más, yo soy feliz, gano muy buen dinero, pago mis cuentas y disfruto mucho del placer que doy y que me dan, de hecho amo lo que hago”
Ella es el mismo ser humano  antes de revelarme su “secreto”.  No me pidió ayuda de ningún tipo ni indirecta o directamente. Además,  yo no veo nada malo en lo que hace, es una profesión más, aunque muchos no lo quieran ver así, o que se le etiquete de muchas cosas que en realidad no lo son, ni soy juez para decir qué es o no correcto, especialmente sobre algo que yo no veo inmoral si la persona es feliz y plena con lo que hace.
Continuamos hablando de la fiesta de cumpleaños de su hija menor.
Es fácil deshumanizar a una persona por su profesión, ¿Cuántos tienen complejo de juez?

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